miércoles, 18 de diciembre de 2013

GALERÍA DE VILLARIEGOS ILUSTRES Lázaro Rueda de Anguita (1902-1976)

Dentro de la amplia galería de villariegos que han destacado en muy diferentes campos, hay un amplio grupo que por haber tenido que integrarse en la diáspora de la forzada emigración con el fin de buscar más amplios horizontes, hoy están prácticamente olvidados y son desconocidos incluso para sus propios paisanos. De ahí el interés que puede tener esta revista para recuperar su memoria e ir conformando, poco a poco, un álbum de hijos ilustres. Y este es el caso del músico y compositor Lázaro Rueda de Anguita. Al maestro Rueda de Anguita le tocó vivir su primera etapa biográfica en momento en que Los Villares dedicaba una atención preferente y vocacional a la formación musical, hasta llegar a contar con una Banda de Música que gozaba de sólido prestigio en toda la provincia. Dotado de singular habilidad para la música, al extremo de tener registradas ya en 1927 algunas composiciones, pronto accedió al Cuerpo Nacional de Directores de Bandas de Música Civiles. Su primera etapa la cubrió durante un dilatado periodo de tiempo -algo más de quince años- al frente de la Banda de Música de Los Villares, a la que dotó de un amplio repertorio y en cuyo seno creó una fecunda escuela de educandos. Su actividad musical en Los Villares, desarrollada en 22 de julio de 1929 a 31 de diciembre de 1944 fue muy intensa, llegando a organizar hasta dos bandas muy bien reconocidas en la provincia de Jaén. Deseoso de progresar en su carrera abandonó el pueblo y participó en sucesivos concursos de traslado que le llevaron a dirigir varias bandas de música. Así dirigió la banda de Jaraiz de la Vera (Cáceres) en los años de 1949 a 1953. Luego pasó a dirigir otra banda extremeña, la de Cabeza de Buey (Badajoz) de 1953 a 1960. Vino un breve periodo (septiembre-noviembre de 1960) en que dirigió la banda del pueblo giennense de Vilches, de donde pasó (1962-1963) a dirigir la del pueblo cordobés de Adamuz. Un nuevo concurso de traslados le llevó a dirigir la Banda de Música de la Diputación de Toledo entre los años 1968 a 1971, finalizando su vida profesional al frente de la banda de San Martín de Rey Aurelio, en la provincia de Oviedo, donde se jubiló en diciembre de 1972. Poco disfrutó la jubilación pues falleció en 1976. Aparte de su dilatado ejercicio profesional como director de banda y su labor docente en la formación de un amplio grupo de educandos, se significó también como prolífico compositor, registrando muchas obras en la Sociedad General de Autores. Su amor a Los Villares quedó patente en algunas obras como la marcha procesional “Nuestra Señora del Rosario” y el pasodoble “Viva Los Villares”, obras compuestas en fecha tan temprana como febrero de 1927. También compondría un pasacalles titulado “Feijoo y Monte” en honor del letrado que solucionó el empeñado litigio que el pueblo mantuvo por sus aguas. Entre sus pasodobles destacan los titulados “Héroes de Santuario”, obra propia de la efervescencia patriótica de postguerra, “Mari Carmen”, “Nieves”,... y los pasodobles -marcha “Flechas y cadetes”, “Unión y Gratitud” y “El Cuquillero”. De sus pasacalles sobresalen los que llevan el título “El Festival” y “Flor de Andalucía”. Fruto de su especial sensibilidad fueron las marchas fúnebres y de procesión tituladas “A la memoria de mi padre”, “Triste recuerdo”, “Caridad”, “Ntra Sra del Salobrar” y “Una lágrima al maestro D. Emilio Vega”, en la que recuerda al renombrado músico D. Emilio Vega Manzano, director de la Banda del Real Cuerpo de Alabarderos. Hizo también sus incursiones en campos musicales más ligeros, de lo que es testimonio sus tangos “No me desprecies” y “Olvídame”, el bolero “Cuan suenan las campanas” o las mazurcas para concierto tituladas “La perla” y “Julia”. Su vinculación con Extremadura queda patente en el pasodoble“Aromas de Extremadura” o en la partitura del “Himno Oficial de Jaraiz de la Vera”. Fue pues el maestro Lázaro Rueda un Villariego insigne cuya vida y obra bien merece más detenido estudio que el de este breve apunte, con el que solo pretendemos recobrar su memoria y darla a conocer a sus paisanos.


Nº21
Curso 02/03
primer trimestre
Manuel López Pérez 
Cronista Oficial de Los Villares

NUESTRO PUEBLO Calle Moraleda Baja

Tiene nuestra céntrica Moraleda Baja, de apenas cien metros de longitud, la imporancia de haber sido a un tiempo: germen fundacional del sistema cooperativo; solaz del ocio villariego durante las noches de verano creando ilusión en grandes y pequeños con divertidas películas que rompían la monotonía de las faenas agrícolas diarias; también y el mismo local sería cuna de la industria artesana del tapizado y mueble metálico. Consultados los archivos municipales, aparece con su denominación actual por primera vez en el año 1861. En fechas anteriores solo consta la denominación Moraledas, sin saber a ciencia cierta si hace referencia a su paralela con la que forma manzana. Su nombre puede ser ligado al Huerto de las Moraledas, quiero pensar en el predominio de esa especie arbórea. Nace nuestra calle en la acera derecha de la arteria principal, calle del Arroyo, y orientada en dirección Este- Oeste sirve de transito hacia la calle Obispo y nos lleva a continuación al paraje del Borbote, manantial inagotable en nuestro querido Riofrío. En 1871 aparecen censadas cuatro familias y en 1895 nueve. Consultados algunos vecinos y personas de edad localizan lo siguiente. En la acera derecha:
Familia de Ricardo López con casa y huerto; luego viviría “El Manchego” con venta de vinos; también la familia Cabrera, dedicada a la agricultura. 
– Juan Fermín Ruíz, el lechero. 
– Huero de D. Victoriano Gómez, después propiedad de la familia Fuentes. 
– Hermanos Dionisio y Dionisia Cabrera, ambos solteros. 
– Ventura Linares y Dorotea Alberjón, carnicero y lechera. 

En la acera izquierda:
Casa de Paulina Gómez 
– Casa de D. Agustín Huertas, habitada por la familia Martos-Martínez, peluquero. 
– Casa de la familia Cabrera Luque, con fábrica de aceites. Después la regentaría D. Rafael Moya. Es en este solar donde se llevan a cabo distintas actividades industriales: – Origen de la primera cooperativa villariega. 
– A finales de la década de los cincuenta, cine de verano, propiedad del mencionado D. Rafael Moya, arrendado después a la familia Palacios y por último a D. Antonio Molina Galán. En este periodo y, por causa de la competencia del cine San Lorenzo, se verían incluso dos proyecciones nocturnas en funciones “fémina” o “machotil” (pareja o dos personas por una sola entrada). 
– Por último fue cuna de la industria artesana del mueble metálico y tapizados, como empresa “La Villarense”, propiedad de D. Tomás Gallardo y D. Lorenzo Peña. 

Agradecemos a nuestro paisano Juan Medina Moreno su inestimable colaboración en el recuerdo y esclarecimiento de datos ya olvidados.


Nº21
Curso 02/03
primer trimestre
Alumnos de 6º de primaria

NUESTRA INDUSTRIA Ibero-eléctica de montajes

Hoy traemos a las páginas de nuestra revista una joven industria de gran pujanza en el mundo de las instalaciones eléctricas, tanto en nuestro pueblo como en nuestra provincia. Hablamos de la empresa IBERO-ELÉCTRICA DE MONTAJES.
Dedicada a la fabricación y montaje de instalaciones eléctricas, es su gerente y propietario, D. José Anguita Ramírez, persona joven y emprendedora que en los veinte años de vida de esta empresa la ha transformado de un simple taller de instalaciones eléctricas en una moderna industria en el mercado de la fabricación de maquinaria eléctrica. D. José Anguita Ramírez, se inicia a los 16 años como aprendiz de electricista en la empresa de su tío Luis Higueras Serrano con quien trabaja hasta el año 1981 en que se establece por su cuenta creando esta empresa. Junto a la experiencia adquirida con su tío, supo aprovechar el tiempo y en clases nocturnas obtiene la especialidad de técnico auxiliar eléctrico. Una vez obtenido este título se examina en la Delegación de Industria y obtiene el carnet de instalador eléctrico necesario para poder ejecutar las instalaciones que la empresa realiza. Además asiste de manera permanente y periódica a jornadas y cursos técnicos de actualización para estar al día en el mundo de la electricidad donde la evolución es constante. Este afán de progresar y de no estancarse le lleva, hace dos años, a introducirse en la fabricación de centros de transformación de energía eléctrica, siendo la primera empresa andaluza que fabrica este producto que antes para su adquisición había que desplazarse al Norte de España. Mirando hacia atrás la empresa nace en 1981, y se ubica en una cochera alquilada sita en la calle Huerta Grande, siendo José Anguita su único trabajador. Al año siguiente se incorpora a la misma su hermano Miguel y hoy día cuenta con un total de diez trabajadores. Conforme la empresa va creciendo, esta va cambiando de ubicación y así de la calle Huerta Grande pasa a la calle Blas Infante y luego a la plaza Carlos I, siendo en el año 1995 cuando instala en una moderna y espaciosa nave en el Polígono Industrial de Los Llanos. La materia prima que utiliza es material eléctrico adquirido en almacenes de distribución y después montado en las instalaciones de la empresa. Su instalación eléctrica más importante y de mayor potencia la llevó a cabo en la empresa de envasado de agua, “Sierras de Jaén”, con 2 megavatios de potencia. En la actualidad el principal producto de la empresa y totalmente elaborado en la misma, es el centro de transformación de energía, y se están instalando en Los Villares y en los pueblos de la provincia. Tras la presentación de este producto en la Feria de la Construcción “Construdeco” celebrada entre los días 12 y 14 de abril del presente año, la empresa espera que los centros transformadores, que han pasado todos los controles de calidad, así como las homologaciones necesarias, lleguen a toda Andalucía. Para terminar queremos recordar a D. José Anguita Ramírez dentro del mundo de la música como miembro de un grupo musical local, “SANTA FE”, que fue muy conocido en nuestra provincia allá en la década de los ochenta y al que tuvo que dejar al no poder compaginar música y trabajo. No obstante aún mantiene vivo el gusanillo de la música y todos los años, con motivo de la Fiesta de Fin de Curso del Colegio, se sube al escenario y amena la velada deleitándonos con su voz, en el karaoke de la misma. Desde el Colegio agradecemos su acogida y esperamos que sea ejemplo de persona emprendedora para nuestros jóvenes villariegos.


Nº21
Curso 02/03
primer trimestre
Nuria Vacas Escobar 
Charo Maeso Luque

NUESTRO PASADO Los Villares en el catálogo monumental de Jaén

En el año 1900 el entonces Ministerio de Fomento, del que dependían todas las iniciativas de enseñanza y cultura, inició el ingente propósito de preparar el Catálogo Monumental de España, realizando una “catalogación completa y ordenada de las riquezas históricas o artísticas de la Nación”. De forma metódica y minuciosa, expertos propuestos al Ministerio por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando visitarían, uno por uno, los pueblos españoles fichando todo aquello que a su entender tuviera valores históricos o artísticos. En 1913 le tocó el turno a la provincia de Jaén. Para ello fue designado el ilustre cordobés D. Enrique Romero Torres (+ 1956), director del Museo de Córdoba y persona que ya tenía experiencia en el tema pues había realizado el catálogo correspondiente a la provincia de Cádiz. Provisto de credenciales expedidas por el Obispo y el Gobernador Civil para que todos los párrocos, capellanes, superiores religiosos, jueces e incluso la Guardia Civil le auxilien en sus indagaciones. A lo largo del año 1914 Enrique Romero de Torres recorrió buenaparte de la provincia de Jaén tomando notas, fichando y fotografiando todo lo que consideró digno de mérito. El material fue tan abundante que hubo de prorrogar su tarea en 1915. Sólo pudo visitar cincuenta y nueve localidades. El fruto de su ingente obra fueron tres volúmenes manuscritos de texto y doce gruesos tomos con más de medio millar de fotografías, todo ello con el título genérico de “Catálogo de los monumentos histórico-artísticos de la provincia de Jaén”. Entregada su obra al Ministerio de Instrucción Pública, no tuvieron éxito los intentos que se hicieron para completarla y mucho menos para publicarla. Hoy tan singular documento bibliográfico se custodia en Madrid en el Instituto “Diego de Velázquez” del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Por fortuna para nosotros, Enrique Romero de Torres pudo cumplimentar su encargo en lo referente a Los Villares. Un día de 1914 estuvo en el pueblo acompañado del cronista oficial de la provincia D. Alfredo Cazabán Laguna y del inquieto farmacéutico D. Ramón Espantaleón Molina. Aquí les recibió, acompañó y agasajó el erudito D. Eduardo Campos Campos (1870- 1957). El resultado de sus indagaciones quedó reflejado en un breve texto ilustrado con cuatro fotografías (números 211 a 214) relativas a varios objetos arqueológicos de la colección de D. Eduardo Campos, una vista de la Puente Baja, la imagen de San José de la parroquia y una hermosa custodia de plata integrada en el ajuar parroquial. El texto dice así: “ ........... LOS VILLARES Villa perteneciente al partido judicial de Jaén, situada en un gran valle sobre una loma. Confina su término al N. con Jaén y Torredelcampo, al E. otra vez con Jaén y Santa Cristina, al S. con Valdepeñas y al O. con Martos.

-Antigüedades y vía romana: Núm. 218.- Poco antes de llegar a este pueblo hay un puente romano de la calzada que partiendo de Jaén por camino viejo iba a Los Villares y de aquí a Valdepeñas de Jaén, pasando por el sitio denominado Riofrío, a unos tres cuartos de legua, donde existen ruinas de edificaciones y fragmentos arquitectónicos de aquella época y donde se hallaron hace unos años unos sepulcros de piedra, uno de los cuales está sirviendo de fuente en la huerta llamada “de los Ojos”. Y de allí continúa a Alcalá la Real pasando por las Ruinas de Encina Hermosa. No he podido hacerme de una lápida con inscripción romana que se ha descubierto recientemente, próxima al sitio donde está el puente romano que doy a conocer. (Fotografía 211: Puente Romano – Fotografía 212: Objetos romanos).

La iglesia parroquial: La iglesia parroquial está dedicada a San Juan Bautista. Es pequeña y data del siglo XVI, pero muy reformada posteriomente con altares churriguerescos. Núm. 219.- Lo único digno de mención es una talla bonita de San José con el Niño en brazos. Núm: 220.- Una custodia de plata del siglo XVIII con la firma del contraste que dice: A/LÓPEZ. (Fotografía 213: San José – Fotografía 214: Custodia de plata).
 ....................” 

Con esta sucienta referencia y tan menguado soporte gráfico Los Villares quedaba incluido en el memorable “Catálogo de los Monumentos histórico- artísticos de la provincia de Jaén”, permitiéndonos al menos conservar noticia escrita y gráfica de unas piezas, hoy por desgracia perdidas, pero que constituyen referencias muy significativas para la historia local.


Nº21
Curso 02/03
primer trimestre
Manuel López Pérez 
Cronista Oficial de Los Villares

ESTAMPAS CON HISTORIA Las casas del Vizconde de Los Villares (II)

Complementando el tema al que nos referimos en número anterior, queremos ofrecer hoy una sucinta visión de la que fue casa-palacio del Vizcondado de Los Villares, hermoso edificio, que aunque cerrado y en total abandono, aún permanece en pie en la popular Carrera de Jesús, en la capital. Fue ésta la casa principal de D. Carlos Antonio de Villegas, Administrador de Rentas Reales y persona muy influyente en la sociedad local. De él pasó a su hijo D. Francisco de Ceballos y Villegas Sainz y Solórzano (1655-1709). D. Francisco de Ceballos fue uno de los personajes más notorios del Jaén que vivió la transición de Asturias a Borbones. Caballero de la Orden de Santiago, Procurador en Cortes por Jaén, Caballero Veinticuatro y hombre muy señalado entre la pequeña nobleza capitalina, formó parte de muchas corporaciones, entre ellas de la Congregación del Santo Sepulcro -de la que fue diputado y de la Santa Capilla de San Andrés, en la que ingresó en febrero de 1670. Tomó partido decidido por los Borbones y en 1701 fue uno de los que juró como rey a D. Felipe V. Ello le valió que por Real Decreto de 15 de septiembre de 1707, confirmado en 2 de mayo de 1708, se le concediera el Vizcondado de Los Villares, pues en el pueblo tenía algunas propiedades. Por Real Célula de 14 de noviembre de 1707, se le autorizó a efectuar el deslinde del término de la villa y a partir de entonces ostentó el señorío honorífico del pueblo, con la única regalía efectiva de aprobar anualmente la designación de los cargos públicos que formarían el Concejo y el Ayuntamiento. Casó en primeras nupcias con Da Águeda de Cuadros y tras enviudar, volvió a casar con su prima Da Ana María López de Villalobos y Colmenero. Formó un saneado patrimonio, abundante en fincas rústicas y urbanas, del que era cabeza esta casa señorial, que curiosamente los Vizcondes de Los Villares no utilizaron apenas, pues siempre prefirieron su otra casa-palacio sita en la Calle Hurtado. Este histórico inmueble, sito en la que durante muchos años se denominó Calle del Juego de Pelota -hoy Carrera de Jesús- lindaba con el monasterio de las religiosas Carmelitas Descalzas y la casa solar de los Fernández de Moya. Tenía 21 m de línea de fachada y un fondo de 28,60 m, con una superficio total de 606,60 m cuadrados. El Catastro del Marqués de la Ensenada -1752- nos lo describe así: “...Casa principal situada en la Calle del Juego de Pelota, parroquia de Santa María. Su habitación se compone de vivienda alta y baja, portal, bodega con sus vasos, patio con fuente del Raudal de Santa María, caballeriza y corral”. Tiene de frente veinticinco varas y lo mismo de fondo y gana de alquiler anual 1350 reales.Confronta por arriba con el convento de religiosas Descalzas de esta ciudad y por bajo con casa de D. Fausto de Moya. Está gravada con una memoria de una misa cantada que se dice el día de Santo Tomás Apóstol. Su limosna anual, cuatro reales de vellón. Se paga al semanero que dice la misa de prima dicho día en la S.I. Catedral de esta ciudad...” Además, para alojar al personal de servicio disponía de otra vivienda en la acera de enfrente, junto al Portillo de San Sebastián. La casa tenía cierto empaque, como correspondía a la representación social del Vizcondado. Aún presenta su elegante portada de pilastras alnohadilladas, sobre cuyo dintel se abre el majestuoso balcón acristalado flanqueado por dos bellísimos escudos heráldicos de la familia. Tras un amplio zaguán, por donde tenía entrada independiente el oratorio familiar, se accedía al patio, de planta un tanto irregular, orillado de galería porticada por columnas que sostenían arcos escarzanos. En el centro, una linda fuente dotada de abundante agua procedente del cercano Raudal de Santa María. Del ángulo derecho de esta galería arrancaba la escalera señorial que conducía a las plantas superiores. En la primera, dispuestas en torno a un corredor acristalado abierto sobre el patio, se contaban tres salas, dos cocinas y hasta siete alcobas. De ahí se accedía a dos cámaras de servicio y un terrado. Por una escalera dispuesta en el patio se bajaba a cuatro sótanos, junto a los que estaban las carboneras, bodegas y dos corrales. Los Vizcondes habitualmente tenían esta casa en arriendo. Cuando el Vizcondado pasó en 1827 a manos de D. José María Careaga Ceballos y Villegas (1805-1853), como este señor acabó residiendo en Granada, el inmueble se vendió a D. Mariano de Prado y Marín, Marqués de Acapulco. Desde entonces tuvo por inquilinos a varias instituciones oficiales (Telégrafos, Zona de Reclutamiento, Gobierno Militar, etc.) y a relevantes personalidades de la vida local, entre ellas el médico y filántropo D. Bernabé Soriano. Después, luego de muchos destinos y servidumbres, el edificio quedó en el más completo abandono, si bien conserva intacta la nobleza de su traza original. Una inteligente rehabilitación podría incorporar este histórico inmueble al patrimonio monumental de Jaén, recordando que allí tuvo principio y origen el olvidado Vizconde de Los Villares.


Nº21
Curso 02/03
primer trimestre
Manuel López Pérez 
Cronista Oficial de Los Villares

GALERÍA DE VILLARIEGOS ILUSTRES Pablo Alcalde Higueras (1927-1996) Músico y poeta

Pablo Alcalde Higueras nació en Los Villares el 25 de enero de 1927. Su niñez y adolescencia le vieron trabajar duro en el obrador de panadería que regentaba su padre, iniciándose con uno de sus hermanos en el cultivo de la Música para lo que demostraba singulares aptitudes. Como muchos jóvenes de su tiempo decidió alistarse voluntario en el Ejército para así poder residir en Madrid y tener oportunidad de iniciar sus estudios musicales. En el Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid cursó con aprovechamiento estudios de solfeo y violín que culminó en 1947. La necesidad de afrontar su esfuerzo al negocio familiar le obligó a regresar al pueblo, donde creó una popular orquesta llamada “La Villarense”, en la que comenzó a manifestarse su dominio de los instrumentos de cuerda. Tras contraer matrimonio con Mercedes Tirado Fuentes, con la que formó una numerosa familia de ocho vástagos -siete varones y una hembra- las obligaciones familiares le llevaron a la ciudad de Andújar, donde se residenció desde 1955 atendiendo la tahona familiar en la calle Palomar. En Andújar prosiguió con su vocación musical creando un grupo que en principio se denominó “Los Ruiseñores de Sierra Morena” y más tarde “Los Románticos”. Con este grupo realizó innumerables intervenciones tanto en la provincia como en otras capitales españolas consiguiendo numerosos premios y distinciones. Colaboró con el recordado cantautor “José Luis y su guitarra”, e incluso en 1960 grabó con la casa Hispavox un disco de melodías en honor de la Virgen de la Cabeza que llegó a ser muy popular. En 1965 creó la rondalla “San Eufrasio”, un excelente conjunto de cuerda que llegó a contarcon más de un centenar de miembros y que hizo indispensable en los actos culturales que se celebraban en la comarca de Andújar. Sus dotes personales le granjearon múltiples afectos, al extremo que en 1992 el Ayuntamiento de Andújar le nombró Hijo Adoptivo de la ciudad. También mereció el título de “Romero de Honor” por su colaboración en la tradicional romería al Cabezo. Y en noviembre de 1996 el Colegio Público San Bartolomé le entregó el título de “Maestro Honorario” en reconocimiento a la generosa labor docente que ejerció durante años acercando a los niños al mundo de la música. Inspirado poeta publicó dos poemarios: “La poesía de Pablo Alcalde” (1982) y “Junco en vuelo” (1992). Una larga y cruel enfermedad truncó su entusiasta labor, falleciendo en Andújar en 15 de diciembre de 1996. Por entonces preparaba un tercer poemario que iba a titular “Acarela de amor”. Su pérdida tuvo amplios ecos en el mundo cultural iliturgitano y el ayuntamiento acordó dar su nombre, en enero de 1997, a una calle de la ciudad que él hizo su tierra adoptiva. Una recopilación de la obra de este ilustre villariego, tanto como musical, nos daría, sin duda, la exacta valoración de un paisano digno de permanente recuerdo.


Nº20
Curso 01/02
segundo trimestre
Manuel López Pérez
Cronista Oficial de Los Villares

NUESTRA INDUSTRIA Confitería Díaz

En esta ocasión nuestra revista presenta una empresa familiar de gran arraigo en nuestro pueblo, se trata de “Confitería Díaz”. Dedicada a la fabricación de dulces tradicionales y artesanales, repostería y croisantería, Confitería Díaz guarda y mantiene las recetas y costumbres de cuatro generaciones de confiteros cuyos orígenes arrancan del bisabuelo José Díaz Martos y su esposa Dolores Molina, que fueron quienes introdujeron la Confitería en Los Villares. Éste, de oficio “albardonero”, se trasladó un buen día, a finales del siglo XIX, a la vecina localidad de Fuensanta para aprender del Confitero de este pueblo las bizcotelas y otros dulces que allí se elaboraban; a cambio él le enseñó su oficio de albardonero. Es así como de esta forma tan peculiar se introduce en Los Villares el ofico de confitero. Posteriomente, éste actuaría como maestro de confiteros en pueblos como Albanchez, Bedmar y Jódar, famosos por su especialidad en bizcotelas. En las dos primeras generaciones, junto a la eleboración de dulces, fabricaban también de forma artesanal licores como el coñac, la ginebra, el ron, aguardiente y el célebreresol. La primera ubicación de la Confitería estuvo en la Calle Jardín, no5 y se la conocía con el nombre de “Confitería La Perla”, posteriomente y por poco tiempo se situó en la Calle Antonio Molina, no8, casa que en la actualidad ocupa el Bar Dioni, de ahí se trasladó a la Calle La Tercia no10, donde fue regentada por los abuelos Pedro Díaz Molina y Teresa Romero Cárdenas. En 1970, tras volver a Los Villares, Abelardo Díaz recupera el oficio de sus padres y se establece en la Calle Arroyo no17, en la que actualmente se encuentra. En la actualidad los principales productos que elabora son: las bizcotelas, las patas de cabra, las magdalenas, tartas, merengues y croisanes. La materia prima que utilizan para su elaboración suele ser el almidón de trigo, las harinas candeales, azúcar, huevos, aceite de oliva y limones; todo ello elaborado con recetas sacadas de un manuscrito de principios de siglo pasado y que se conserva en poder de los propietarios. La maquinaria que utiliza la Confitería es una amasadora, una batidora, un mortero de piedra, el molino de azúcar, distintos tipos de cazos y hornos eléctricos. Si miramos al futuro, la empresa tiene garantizada su continuidad pues sus hijos Abelardo y Tere ya forman parte de la misma y están introduciendo la croisantería. Así mismo están pendientes de recibir el permiso de apertura de un Obrador en la Calle La Tercia. Desde nuestra Revista deseamos que la tradición artesanal de esta Confitería se mantenga viva durante muchos años y que nuestras nuevas generaciones sigan recibiendo el preciado obsquio material y tradicional de las bizcotelas.


Nº20
Curso 01/02
segundo trimestre
Lidia Cañadas
Mª Elena Gutiérrez