Bien por ese gusanillo que nos arrastra a husmear legados o papeles, la
historia o sencillamente las cosas del ayer como del hoy, y bien porque se trate
de cosas de nuestro pueblo, o de ambas cosas a la vez, como es el caso que
nos trae. Desde luego que uno no puede sustraerse a la alegría que
proporciona el poder comprobar tan sólo que el nombre de nuestro Jaén se
encuentra contemplado en obras y escritos de fama mundial. Por ello y con la
finalidad de que esto sea conocido lo refiero a continuación. Como ejemplo el
prestigioso escritor francés Prosper Mérinée, nacido en París en 1803, y en su
libro “Viajes a España”, narra sus varios viajes a Jaén. Así mismo el autor indio
Rudyard Kipling, autor de “Luz que se apaga”, menciona Jaén en su capítulo III.
No se me dirá que esto no nos enorgullece, pero mucho más nos agradará
sabiendo que no sólo lo citan los autores anteriores sino el mismo San Juan de
la Cruz en su “Obras diversas”. Es mucho más agradable para nosotros, los
villariegos, saber que este autor hace explícita mención de nuestro pueblo. Es
cierto que este santo vivió varios años por nuestra provincia. Como creemos
que este libro ha sido y sigue siendo lectura obligada de aquellos que no sólo
han estudiado carrera, sino también, y como es mi caso, de los que
necesitamos un apoyo cultural, un ejemplo del bien escribir y del bien hacer en
esta vida. De ahí precisamente es de donde viene esa mi curiosa investigación.
Cuando uno tiene la escasa y veraniega oportunidad de viajar, una de las cosas
por las que más me intereso es la de buscar libros antiguos, y en esta ocasión
en la lejana Barcelona, teniendo conocimiento del mercado de ocasión
barcelonés, así como el antiguo rastro, yo veía libros y más libros. Quería nadamás y nada menos que encontrar un libro antiguo de San Juan de la Cruz, así
como una edición del pasado siglo. ¿Motivo? Pues sencillamente que en la
ciudad que menciono llegué a tomar contacto con un ex-camaldulense, o sea,
de la orden de San Bruno. Esta persona, al saber que era de Jaén, y en
concreto que nací en Los Villares, se alegró sobremanera. Me habló de San Juan
de la Cruz, autor que él había leído y meditado muchas veces, de ahí que
conociera los viajes y estancias del santo en ésta nuestra tierra. Pero no acabó
ahí mi agradable y gran asombro: ¡El ex-camaldulense se sabía casi de
memoria las obras de San Juan de la Cruz!, y ello, a pesar de qu ya eran
bastantes los años en que se había salido de aquella orden tan dura y
penitente, motivo por el cual él no había podido resistir pues no todos tienen
tanta fortaleza. Me decía que era una vida contemplativa y de continuo
sacrificio, en síntesis: “comer y dormir poco, trabajar y rezar mucho”. Esta
persona me aseguró que San Juan de la Cruz visitó Los Villare en el mes de
enero de 1587. Lo recordaba muy bien, que venía de martes y llegó al pueblo y
se hospedó en la posada que había subiendo una cuesta. Como el amigo me
vio tan perplejo al contarme esto, se afianzó en ello e incluso me dijo quien era
el autor de aquella obra del Santo, se trataba de otro fraile, San José de Jesús
María, carmelita descalzo. ¡Hombre, la duda siempre cabe! Pero no creo que
una persona que se quiso entregar totalmente a Dios, mienta. Pero además
cuando me lo relató fue en presencia de varias personas, unas de mi familia y
otras personas mayores. De ahí que después me fuera a buscar libros antiguos,
por si encontraba el autor que me había indicado. Pero desde el verano hasta
ahora, y ya por mi cuenta, no solo he preguntado por varios conventos,
incluido el de Jaén. Y por aquello de haber tantas ediciones como autores del
santo además del tiempo transcurrido, no conocen ésa. Sin embargo la
curiosidad me hizo releer de nuevo su vida, repasándola hay datos que son
coincidentes, la biografía que yo tengo es de Aulogio Pacho y de 1987. San
Juan de la Cruz nació en Fontiveros, provincia de Ávila, en 1542. Así, muy
brevemente, esta sería su vida: de muchacho se fue a Medina del Campo
donde hizo de carpintero, pintor y de acólicto entre otras cosas. En 1568 se
hace sacerdote carmelita. En 1571 acompaña a Santa Teresa a la fundación de
Alba de Tormes. En 1576 y 77 es preso en dos sitios distintos. Ya en 1578
comienza sus correrías por la provincia de Jaén; funda el convento del Calvario,
y de la Peñuela, luego se encuentra en Beas de Segura y Baeza. En el mes de
enero de 1586 lo nombran superior mayor de la orden en Andalucía, y por
dicho cargo dan comienzo sus continuos viajes. Ahora recordemos que nuestro
pueblo, Mancha Real, Valdepeñas y Campillo fueron como producto de aquella
real orden de Da Juana de colonizar las tierras de Jaén de 1508; pero que en
realidad no llegaría a ser un verdadero asentamiento hasta 1535 o más. Y si
bien hay datos de que en nuestro pueblo en 1521 tenía un censo de 211 almas,
es más que hipotético que el número de sus habitantes unos 15 años atrás, o
sea en 1586, fuera algo menor, pero muy aproximado. Por ello no parece difícil
que San Juan de la Cruz pasara una noche en Los Villares. Para afianzarme en
esto no sólo he dejado transcurrir un poco de tiempo, sino que me he
comunicado con mi familiar pidiéndole nuevamente los datos, para ver si
cambiaba algo, pero he tenido la satisfacción que me ha enviado su versión y
en nada difiere de la antes expuesta. Al menos sabemos que uno de los varios
autores de San Juan de la Cruz relata su estancia por una noche en Los Villares.
Nº11
Curso 98/99
segundo trimestre
M. Palacios Zamora
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